miércoles, 1 de marzo de 2017

Yangon!!

Yangon!

Llegamos más tarde de lo pactado, pero nos fue genial, ya que en vez de llegar las 6am llegamos casi a las 8. Nos dejó en la otra punta de la ciudad, en la estación de bus y de allí pactamos un taxi compartido que nos dejaría en el centro, todo esto sin darnos cuenta de que nos habíamos quedado sin dinero… nos dejó enfrente de la puerta de Jake y por suerte pudimos pagarle con dólares.

Habíamos reservado una habitación con Airbnb, un poco más cara de la media de hoteles, pero pudimos estar agusto. Habíamos quedado con la chico en que nos dejaría la llave escondida por afuera y al no encontrarla, nos fuimos a la puerta de una cafetería a buscar qué hacer por la ciudad (seguíamos sin dinero para café…). Al poco nos contestó que ya estaba la llave, así que subimos y dejamos las cosas. Una mujer que limpiaba la casa nos hizo la colada, así que genial! Nos pusimos rumbo a la calle!

Pusimos rumbo a una pagoda que estaba un poco alejada y llegamos sin querer al zoológico. Y decidimos entrar a verlo! Tenían muchos tipos de animales pero a cual peor… una pena. Estaba muy deteriorado todo y las jaulas eran muy pequeñas, pero por lo menos los animales parecían bien alimentados.

De allí pasamos al parque de al lado, un parque gigante con un lago en el centro muy chulo donde la gente iba a hacer deporte o simplemente a tumbarse en el césped.
Justo al lado teníamos a mega pagoda, era enorme y se podía visitar por dentro. Subimos todos los escalones y al llegar arriba vimos que no hacían pagar solo a nosotros, los turistas. La entrada eran casi 6€, una pasta, si sabes con 1.5€ comíamos los dos…



Al llegar a al piso, Jake nos comentó de ir a una flat party (fiesta en un piso), y estábamos un poco cansados pero nos duchamos y fuimos. Cogimos un taxi que nos dejó cerca de Chinatown y subimos con el ascensor a la azotea, lo que sería el piso de los amigos de Jake. Fue bastante interesante, nada más entrar nos impresionaron las super vistas que había. Era como estar en un rascacielos de fiesta. De fondo había una de las pagodas, la cual tenía una sombra en el centro y le hacia parecer la torre Eiffel. Estuvimos allí tomando algo y hablando con gente durante unas horillas y fue muy interesante. Un montón de gente de todas partes del mundo vivían y trabajaban en Rangun.

Nuestro segundo día fue muy tranquilo, nos levantamos sin alarma, y nos fuimos hacia un mercado famoso que hay en la ciudad pero que para nuestra mala suerte estaría cerrado. Era una día festivo nacional y no abrieron, y justo al día siguiente tampoco, ya que cerraban los lunes, así que nos quedamos sin verlo.

La gastronomía en Myanmar, en general, nos ha parecido bastante mala, no hemos pasado del arroz o de los noodles. Nos recomendaron la comida de la región de Shan. La cual yo probé estando en Kyaukme, pero sólo fue una sopa. Así que decidimos ir a un restaurante bueno y comprobar si realmente era la gastronomía o la comida de la calle. Fuimos a uno que recomendaban y que tenía este tipo de comida. Y salimos de allí bastante decepcionados. Pedimos unos entrantes y plato principal , y no pusieron primero de todo mi plato, unos noodles muy sosos, el arroz de Gotzon, que tenía mejor pinta, y luego los entrantes. El mío casi al acabar de comer (lo pedimos para llevar…). Así que comprobado! La comida en Myanmar es poco variada, sosa y demasiada fritanga!

Nos tomamos un café con hielo y justo después nos fuimos a ver un espectáculo de marionetas que nos recomendó una chica que conocimos en el piso. Nos dijo que iba sobre la historia de Myanmar en versión marioneta y nos pareció interesante, así que el día de antes reservamos. Llegamos puntuales y no había nadie (luego se uniría más gente), y estuvimos hablando con el dueño durante un buen rato sobre la historia del Birmania y la política. Y en cuanto llegaron el resto de gente, empezó. Nada más empezar nos comentó que el espectáculo sería sobre la historia del budismo, parecía interesante. Pero a medida que pasaban los minutos, comprobamos que sería todo el rato igual. Canciones y marionetas bailando. Se hizo un poco pesado, ya que todo el rato era lo mismo pero con diferentes marionetas… aún así, la versión de la historia de Myanmar tiene que ser interesante.



Después del show, nos acercamos a Chinatown pensando que sería un buen sitio para ir a cenar pero no nos hizo mucha gracia.. así que fuimos a un bar que vimos cerca de hotel y cenamos con una Myanmar beer!



El tercer y ultimo día en la capital financiera del país, nos lo pasaríamos paseando y yendo al cine a ver Rings, que no estuvo mal del todo. Volveríamos a cenar donde la cerveza del día anterior y para el tren.

Cogimos un tren nocturno que salía a las 9 y que llegaba a las 6 a Malamwyine (o como dicen ellos, Moloñá).

Moloñá mola mil!!

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